Placa 29. Colegio Santa Rita

Placa 29. Escuela Santa RitaEn el año 1875 D. Francisco Lastres se reúne con un grupo de políticos y periodistas con la intención de encontrar una solución para los jóvenes delincuentes que, por causa de las leyes en vigor, han de ir a la cárcel mezclándose con delincuentes adultos. Organizan una campaña y consiguen que grandes personalidades de la política, incluido el rey Alfonso XII, apoyen la idea de crear un centro especial donde se reeduque a esos jóvenes. Con lo reunido mediante colecta popular, se compran unos terrenos en la antigua carretera de Aragón (Barrio de Salamanca) y se coloca la primera piedra con toda la propaganda, pompa y solemnidad posibles… Pero el proyecto no llegó a llevarse a la realidad. D. Francisco Lastres no se desanimó y siguió luchando. La Comisión, creada al efecto, busca una solución. Pero esta la dio el Marqués de Casa-Jiménez: él donaba a la nueva fundación parte de una finca que tenía en Carabanchel Bajo, y que se denominaba “Santa Rita”.

Santa Rita, patio interior

Escuela de Reforma de Santa Rita en 1920

Se acepta su donación, se venden los antiguos terrenos y, con ese dinero, se comienza la construcción de lo que en el futuro será la “Escuela de Reforma de Santa Rita”. Por su parte, D. Francisco Lastres consigue la aprobación por el Senado de una ley para “la corrección paternal de la juventud”, que es firmada por el rey (Alfonso XII) el 4 de enero de 1883. El 6 de abril de 1889 (Gaceta de Madrid, 10/4/89) la reina madre, Dª. María Cristina, “a propuesta del Ministro de Gracia y Justicia, de acuerdo con el Consejo de Ministros y de conformidad con lo propuesto por el Estado en pleno” aprueba el “Reglamento para el asilo de corrección paternal denominado Santa Rita, establecido en Carabanchel Bajo”. Poco antes ya había comenzado a funcionar Santa Rita, aunque de una forma muy precaria, si bien con mucha ilusión y entusiasmo por parte de los fundadores. En el año 1889 estaban ya construidos dos pabellones, de sótano, planta baja y dos pisos (lo que hoy es iglesia y lo que da fachada a la calle Eugenia de Montijo), pero faltaba el personal que se hiciera cargo de la escuela con garantías de éxito. El primer director que tuvo fue un sacerdote diocesano: se cuenta que dos internos le enviaron, mas uno saltó la tapia al primer descuido, y al otro se lo llevó la policía por las cuentas pendientes que con la ley tenía. Desde luego, aquel sacerdote dimitió de su cargo. Quien lo sustituyó, otro sacerdote, resistió más, pero no tardó mucho en convencerse de que él no estaba hecho para la misión de una escuela de reforma… Así que D. Francisco Lastres siguió buscando quién pudiera hacerse cargo de la obra recién fundada. Acude incluso a los salesianos, que declinan la invitación por falta de personal y porque aquello no era su misión específica y, además, porque “las murallas de sus centros eran las calles” Y fue la misma Roma -el Papa León XIII a través de quien corresponda- quien le indica la posibilidad de que una congregación religiosa recién fundada en Valencia, los Terciarios Capuchinos del P. Luis Amigó, se hiciera cargo de la obra, puesto que su misión coincide básicamente con la de la Escuela: la reeducación de la juventud extraviada. Se entrevistan el P. Luis Amigó y D. Francisco Lastres y se ponen de acuerdo: los Terciarios Capuchinos Amigonianos, por el apellido de su fundador, se harán cargo de Santa Rita. Pero han de esperar hasta el año siguiente porque los religiosos están todavía en el noviciado. Y, efectivamente, el 24 de octubre de 1890 los RR. Amigonianos se hacen cargo de la “Escuela de Reforma Santa Rita”, la primera de carácter oficial en España. Y empiezan a dirigirla cinco días después, el 29.

Uno de los puntos más duros para la institución y más manipulados propagandísticamente en su contra fue el de la masiva fuga de educandos, el 10 de diciembre de 1920. Pero se superó y la Escuela de Reforma Santa Rita siguió trabajando a pleno rendimiento y muy fructíferamente hasta el comienzo de la guerra del 1936. Hasta esa fecha habían pasado por la institución más de tres mil quinientos alumnos, en régimen de internado y, la mayoría, con un claro diagnóstico final de reeducados.

En julio del 1936 los milicianos del frente popular ocuparon y saquearon la Escuela y permanecieron en ella hasta octubre-noviembre de ese mismo año. Ante lo peligroso de la situación, los religiosos tuvieron que mandar a sus casas a todos los alumnos internos, y ellos se refugiaron donde pudieron. No obstante, mataron a 8 religiosos de los que en ese momento estaban en la Comunidad de Santa Rita -había 17, más un sacerdote secular-, a algunos muy salvajemente (cinco de ellos han sido declarados beatos y mártires el 11 de marzo del 2001) Y a partir de esa fecha y hasta que llegaron los nacionales a Carabanchel, la Escuela Santa Rita se convirtió en cárcel del pueblo, es decir, en checa, dependiendo del Comité del Frente Popular. Durante el tiempo que esto fue checa, o cárcel del pueblo, los milicianos fusilaron o ahorcaron aquí mismo a algunos de sus prisioneros.

Al ser tomado Carabanchel por las fuerzas llamadas “nacionales” -5 de noviembre de 1936-, también lo fue Santa Rita y, por tanto, liberada. Algunos religiosos que se habían salvado de la muerte, acudieron a la institución y se quedaron en ella a modo de guardianes. Por poco tiempo. Terminada la guerra, en el 1939, y ante la necesidad de cárceles en Madrid, el cuerpo de Prisiones expulsa al religioso hubo dos durante un tiempo, pero en esos momentos ya solo había uno- y se hace cargo del Centro convirtiéndolo en “Cárcel de Madrid”. Y así, de ese modo tan simple, la Escuela Santa Rita se convirtió en cárcel. Y con ese destino permaneció hasta septiembre de 1944 -la nueva cárcel de Carabanchel se inauguró el 22 de junio de 1944-. El 23 de septiembre de ese año (1944) el Patronato recibe un aviso para que se haga cargo de los edificios y terrenos de la Escuela Santa Rita. Los representantes del Patronato consideran que el acta no está en regla, pues no hay en ella ni inventario ni valoración de enseres y desperfectos, y no la firman. El 11 de abril de 1946 se levanta nueva acta ante notario con todos los requisitos legales y las oportunas reclamaciones. En esa fecha, pues, el Patronato se vuelve a hacer cargo de la institución y, hechas las oportunas, insistentes y necesarias diligencias, se consigue que el organismo oficial “Regiones Devastadas” repare los edificios y levante en el edificio principal un piso más y las buhardillas con la clara intención de que Santa Rita siga siendo lo que fue: escuela de reforma. No obstante, La Patilla volvió al Patronato nada más terminar la guerra, en el 1940, y a ella vinieron enseguida los hortelanos, o guardeses, y en ella vivieron ya, y algún religioso casi por libre. Pero la falta de liquidez del Patronato, los juicios con los herederos del Marqués de Casa-Jiménez y otras causas extrínsecas impidieron que el Centro se relanzase y empezase a funcionar. Quedó inactivo, pues, y a medio arreglar el edificio, pero no olvidado. En la década de los sesenta la idea de que Santa Rita vuelva a funcionar se ve como posible. Los RR. Amigonianos, que nunca renunciaron a ver funcionando su primera casa de reforma, se agencian los fondos necesarios y, en colaboración con el Patronato, comienzan las obras de reacondicionamiento y renovación: se hacen aulas, se modifica el edificio principal en su distribución interna, se hacen campos deportivos, se convierte el edificio anexo en iglesia.

El 3 de octubre de 1966 Santa Rita abre de nuevo sus puertas con el nombre de Colegio Santa Rita y con sólo dos aulas de primera enseñanza.

Vista aérea colegio Santa Rita y Carabanchel Bajo (1970)

Vista aérea del Colegio Santa Rita en 1970