Palacio de Eugenia de Montijo

Placa 2 Girada. PALACIO DE Eugenia de Montijo

 

Origen de la quinta y del palacio

Fachada principal del Palacio Eugenia de Montijo antes de su desaparición

Fachada principal del Palacio Eugenia de Montijo antes de su desaparición en 1969

El Palacio de Eugenia de Montijo o de Miranda formaba parte de la Quinta de Miranda. El origen de la quinta se remonta al reinado de Juan II de Castilla, cuando era lugar de recreo de Ruy Sánchez Zapata, riojano asentado en Madrid a principios del siglo XV, que fue Procurador en Cortes del rey en 1421. La quinta fue legada en 1469 a su hijo Juan de Zapata Aponte, Caballero XIII de la Orden de Santiago, éste la legó a su hijo Pedro Zapata de Cárdenas, y éste a su vez, a su primogénito Garci López de Cárdenas, Regidor de Madrid. Este último recibe en 1504 la licencia de los Reyes Católicos para «fabricar una casa en Carabanchel», la cual sería el origen del palacio de Eugenia de Montijo. Se ha demostrado según el volumen y la composición del edificio la existencia de al menos dos etapas de construcción documentadas entre 1469 y 1575. La casa se construyó con planta en U, con alas principales orientadas al este y al norte, y una torre utilizada como transición entre las dos alas.

Capitel de Villa Miranda, escudo de Enrique IV, procedente del castillo de Barajas, regido por Juan Zapata, coperto de Enrique IV

Capitel encontrado en la Quinta de Miranda, con el escudo de Enrique IV, procedente del castillo de Barajas, regido por Juan de Zapata, copero de Enrique IV

La finca es heredada por Iñigo de Cárdenas Zapata, quien realiza importantes obras en sus «casas de palacio», denominación que denota una significativa cualificación de la construcción. Reforma el patio principal, incorpora columnas y una fuente de cantería.  A su muerte en 1617 la finca pasa a manos de su hermano Rodrigo de Cárdenas Zapata, a quien correspondió levantar como Alférez el estandarte de la villa al ser proclamado rey Felipe IV en 1621. Dicho rey elige la quinta como cárcel hospitalaria del tercer Duque de Osuna, acusado por el Conde-Duque de Olivares de despilfarrador durante su gobierno en el virreinato de Nápoles. En el verano de 1621 pasan una breve estancia en la quinta Pedro Téllez Girón (protector de Quevedo), arrestado bajo la acusación de sedición contra Felipe IV.

Condes de Miranda

Al morir Rodrigo de Cárdenas Zapata en 1627 sin descendencia, su mayorazgo de Madrid y Carabanchel recae en su prima Juana de Cárdenas Castilla, casada en Toledo con Lorenzo de Mendoza, sobrino del poeta Garcilaso de la Vega. La finca pasa a su hija Inés María de Mendoza y posteriormente a Ana María de Zúñiga Avellaneda, 11ª Condesa de Miranda del Castañar entre otros títulos. Su hijo, Joaquín José de Chaves y Zúñiga, 12º Conde de Miranda utiliza la finca como lugar de recreo, por lo cual comienza a denominarse Quinta de Miranda.

Antonio López de Zuñiga, 13º Conde de Miranda se gasta en 1746 cerca de medio millón de reales en mejoras como la dotación de minas de aguas, una de las cuales se denominaba Prado Jordán (nombre conservado hasta reciente), estanques y fuentes. En los jardines está demostrada la participación del ilustre botánico José Quer y Martínez. En 1765 hereda la posesión su hijo Pedro Alcántara López de Zúñiga y en 1790 la hija de éste, María Carmen Josefa  López de Zúñiga quien descubre el mosaico romano de las Cuatro Estaciones, concluye el cercado de la finca y construye nuevos edificios en ella, como la Casa de Baños.

Fragmento del mosáico Las Cuatro Estaciones (siglo IV, Villa romana de Carabanchel Bajo)

Condesa de Montijo

Tiempo después recayó la propiedad en los Portocarrero. Francisca de Sales de Portocarrero y López de Zúñiga (1754-1808), 6ª condesa de Montijo, escritora y una de las fundadoras de la rama femenina de la Sociedad Económica Matritense de Amigos del País en 1787. La propiedad pasa a manos de su hijo Cipriano Portocarrero, que se casa con María Manuela Kirkpatrick de Closebum, con quien tuvo dos hijas: Eugenía María de Montijo de Guzmán (Granada 1826-Madrid 1920), futura emperatriz de Francia (más sobre Eugenia de Montijo aquí) y Francisca, futura duquesa de Alba. En 1830 la familia se traslada a Madrid y heredan el título de Condes de Montijo, siendo constantes los viajes a París y Londres.

La Quinta de Miranda en Carabanchel Alto acuarela de Juan Mieg (1818-1820) WEB

La Quinta de Miranda en Carabanchel Alto acuarela de Juan Mieg (1820), la imagen más antigua que se conoce de la fachada principal del palacio de Montijo

Desde la muerte de Cipriano Portocarrero en 1839, la viuda María Manuela, camarera mayor de la reina Isabel II, prolonga sus residencias en Carabanchel, durante las cuales se dedica a la reforma de la finca, especialmente de sus jardines. En 1849 Pascual Madoz describe la finca «cercada toda de tapias y que comprende 26 fanegas de tierra». El palacio lo describe así:

«La casa presenta un frente de dos pisos con un torreón en el centro que da vista a ambos Carabanchel y a Madrid. Se entra en ella por un patio cuadrado con una bella fuente de piedra en su centro, rodeada de un llorón, un chopo, un cinamomo y un árbol de amor. La fachada que da al oeste se compone de dos galerías de seis columnas de piedra berroqueña cada una, que embellecen aquel frente. En la del sur existe la estufa para las flores, y en la del norte están en el piso segundo las habitaciones para huéspedes, en el bajo la cuadra y cocheras.»

Todas las estancias del palacio estaban decoradas exquisitamente, de sus paredes colgaban cuadros de Rubens, Mengs, el retrato de Francisco de Goya realizado por Vicente López, tapices con la historia de Alejandro Magno, brocados procedentes de las habitaciones de Carlos V en Yuste, muebles, estatuas y vitrinas.

Salón del Palacio de Eugenia de Montijo

Salón del Palacio de Eugenia de Montijo

Algunos visitantes ilustres  de la finca y del palacio fueron la reina Isabel II, quien mantuvo una fuerte amistad con la condesa y sus hijas; Prosper Merimée, creador de la obra Carmen y aficionado a la arqueología que participó en la restauración del mosaico romano hacia 1860;  Mario Terranova, duque de Osuna; Pepe Cañizares, duque de Sesto; Jacobo Luis Stuart Fitz-James, XV duque de Alba, el cual se casó con Francisca en febrero de 1844.

Eugenia de Montijo, emperatriz de Francia desde su matrimonio con Luis Napoleón en 1853,  realizó frecuentes viajes a España, en los cuales visita su querida quinta de Carabanchel. Muere en 1920 en Madrid. La finca pasa a manos de la hija de su hermana, María Asunción Stuart Portocarrero, condesa de Teba y duquesa de Tamames. En 1927 la duquesa de Tamames cedió algunas de sus posesiones al Ayuntamiento para lavadero, escuela y cementerio nuevo.

Grabado de la llegada de la emperatriz Eugenia al Palacio de Miranda (1871)

Grabado de la llegada de la emperatriz Eugenia al Palacio de Miranda (1871)

Finalmente la antigua finca de los Zapata fue adquirida por las Oblatas del Santísimo Redentor en octubre de 1929. En enero de 1930 se instalan las religiosas y el lugar se inaugura el 1 de junio. Está documentada la construcción de un templo adosado a la galería y ala norte del palacio. El teatro inaugurado en 1844 se convirtió en coro o capilla. También se modificó el estilo de la fachada del palacio.

Al comenzar la Guerra Civil en 1936 las Oblatas son expulsadas de la posesión, situada «en una de las zonas más batidas por la guerra». Al acabar la guerra las religiosas volvieron a la Quinta de Miranda y pensaron en abandonar el edificio por su estado, aunque finalmente se rehabilitó y siguieron residiendo treinta años más, hasta 1968.

Las Oblatas iniciaron las gestiones para dividir la finca en parcelas, para ponerlas a la venta y así obtener «los millones necesarios para la construcción de la nueva Casa» (de Dioniso de Felipe, Ayer y Hoy de las Oblatas, 1968). Acordaron la venta a una inmobiliaria creada a tal fin, «Eugenia de Montijo S.A.», a cambio de la construcción de un nuevo convento, un colegio y un asilo en un reducido sector de la finca. En mayo de 1967 el Consejo de la Gerencia Municipal de Urbanismo de Madrid aprobó el proyecto de urbanización del terreno.

Derribo del Palacio Eugenia de Montijo

Tras el abandono del palacio de las Oblatas en 1968, el edificio se ve sometido a un expolio del que no subsisten «puertas, ventanas, aleros, tejas, cañerías, escalones, etc.» Durante una noche en verano de 1969 se produjo un misterioso incendio en el Palacio de Eugenia de Montijo. En noviembre de 1969 se firma el proyecto de demolición del palacio por los mismos arquitectos responsables de la nueva residencia de las Oblatas. Un sector de  la prensa madrileña, con apoyo escaso de la Real Academia de la Historia, propuso convertir el palacio en museo romántico.  En el momento de la demolición del palacio, la primera fase o Unidad norte de la Colonia Parque Eugenia de Montijo ya estaba muy avanzada.

Palacio Eugenia de Montijo en medio de la construcción de la Colonia (finales de los años 60)

Palacio Eugenia de Montijo en medio de la construcción de la Colonia (finales de los años 60)

En 1969 se había concluido el nuevo centro de las Oblatas con iglesia, colegio, talleres y un laboratorio, parte del cual estaba emplazado en el lugar que había ocupado la Casa de Baños y el mosaico romano. Al nuevo centro se llevaron algunos elementos del palacio de Eugenia de Montijo, como una escalera de mármol, una sillería en madera tallada, bancos y fuente de piedra, un reloj, etc.

El único elemento de la antigua quinta de Miranda que se mantiene en su lugar original es el llamado estanque «de la Bruja», rodeado de alguno de los más de veinte mil árboles que cultivó  la Condesa Eugenia de Montijo.

Estanque de la Bruja de la antigua Quinta de Miranda

Estanque de la Bruja de la antigua Quinta de Miranda

Más fotos del palacio Eugenia de Montijo aquí.

 

14 respuestas a “Palacio de Eugenia de Montijo

  1. Más que un comentario es un ruego.
    Dice el rombo recordatorio:

    «En este lugar estuvo el palacio de Eugenia de Montijo…»
    ¿dónde es «este lugar»?

    Creo haberlo deducido pero puedo estar errado, ruego «info»
    Saludos. Álvaro Fernández Rodas
    soy suscriptor de K (creo que en este ecorreo)

    • Hola. Magnifico artículo.Esta entre calle Jacobinia y calle del Parque de Eugenia de Montijo. Si pones google maps en 3d y comparas con la foto es muy fácil ver donde estaba exactamente el palacio. El estanque de la bruja esta en el parque Eugenia de Montijo en un sitio que pone Fuente y Zona de Bancos. Espero que te ayude. Saludos.

      • Situación del palacete, según mis cálculos:
        Hay cuatro grupos de bloques de viviendas que bordean por el sur la calle del Parque de Eugenia de Montijo.
        El primer bloque-cuadrilátero, el más meridional, su lado de viviendas más al norte pero en su extremo sur (perdón por tanto rumbos de la brújula), en donde hace una L, en esa esquina estaba el palacete mirando al NE y su patio-jardín de la casa al SO.
        La finca lindaba al N con el Estanque de la Bruja y al S con el ángulo que hoy forman las calles Jacobina y Eugenia de Montijo.
        El tema es tan interesante que merece que se reúnan quienes sepan y tengan datos, reunión que podría organizar Karabanchel para que nos digan o entre todos deduzcamos.
        Un saludo, en particular a elbarcodehaddock, que veo que sabe de la cuestión.

    • Yo estudie ahí desde 1966 ,asta que estrenamos el nuevo colegio en 1969 . Una de las cosas que recuerdo es sus tapices ,du duelos con azulejos de dragones ,castillos y armas , asta por el suelo . El centro nuevo en aquellos tiempos era el colegio más moderno

    • Querida Mª Jesús, no sé si ya te hs puesto a ello, pero estoy segura de que esta crónica sería interesantísima, como alguna otra que ya he tenido ocasión de leer y ver (Documental de la A2 disponible en Youtube). Carabanchel tiene una historia amplísima e igual de interesante.
      Un saludo.
      Elvira

    • Hola Maria Jesús, yo también estuve internada en ese colegio, de los 9 a los 14.
      Salí de el en el 70. Es posible que nos conozcamos????.
      Me encantaría contar mi historia.

  2. Exactamente solamente queda en el lugar el estanque de La Bruja. Fue una pena el palacio le conocí siendo pequeña, jardines preciosos y su entrada era espectacular, ya lo tenían las monjas con “niñas descarriadas” .

  3. No se dice nada de a qué se dedicó la congregación de las Oblatas, se silencia que durante años fue correccional de mujeres, un sitio de horror, malos tratos, donde cientos de mujeres fueron internadas y abandonadas hasta la mayoría de edad, osea los veintiún años.
    Ellas decían que se dedicaban a recoger mujeres «descarriadas» FUE CÁRCEL DE MUJERES.
    Contar toda la historia

  4. Pingback: The Countess, the castle and the colonia.  - Confused Heap of Facts

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